Antes vivía en un espacio muy pequeñito y conforme crecía, ya no me podía mover. Cuando cumplí 8 meses, los rescatistas intentaron que mi familia me entregara con ellos, aunque no lo lograron, pero no perdieron la esperanza y me sacaron de ahí con el apoyo de la policía.
Hoy soy muy feliz y agradecido con la gente. Me gusta dar muchos besitos, conocer otros perritos, dar paseos y los premios.”