Infórmate y saborea todos sus deliciosos beneficios
La Cuaresma llegó, por lo que es muy importante tener distintas opciones de menú en nuestro hogar y, si a eso le sumamos las fuertes temporadas de calor características de esta temporada, con más razón hay que pensar en platillos que además de nutritivos, sean frescos y prácticos.
Los pescados y mariscos congelados son una de las mejores opciones que puedes contemplar, por lo que si quieres saber más acerca de sus muchos beneficios para tu salud, te invitamos a seguir leyendo. ¡Sumérgete en todo su sabor y comparte con la familia!
Ventajas de los pescados y mariscos congelados
En tiempos como estos en los que cada segundo importa y hacemos compras para varios días de la semana, el pescado debidamente congelado es una gran opción para guardarlo y disfrutarlo más adelante. Sus ventajas son, además de su delicioso sabor, que el pescado conserva todos y cada uno de sus nutrientes por no solo un rato, sino hasta semanas y meses.
¡Esto permite que estés en total control de cuándo y cómo quieres disfrutarlo!
¿Cómo descongelar pescado?
El pescado puede conservar su aroma, forma, textura y sabor en el congelador, pero para que esto funcione la clave descansa en el proceso de descongelamiento. Muchas personas creen que lo correcto es que se deshiele de a poco en temperatura ambiente, es decir, sacarlo del congelador y dejarlo escurriendo por horas en el fregadero o tarja, ¡pero esto es un gran error!
La forma correcta de descongelar pescados y mariscos es simplemente pasarlos del congelador hacia el refrigerador. De este modo el cambio de temperatura no es abrupto y se salvaguarda el estado de tu comida. Aún con el frío propio del refrigerador el pescado se irá derritiendo de a poco. ¡Te recomendamos se descongelen allí por al menos 24 horas antes de empezar a prepararlos!
¿Pescado congelado o fresco?
El pescado congelado y fresco tienen exactamente el mismo valor nutricional, ambos ofrecen valiosas proteínas, vitaminas y ácidos grasos Omega3; sin mencionar lo bajos que son en calorías y que, además, son de muy fácil digestión. Ligeros, nutritivos y de espectacular sabor.
El punto para decidir cuál te conviene pedir depende enteramente de para cuándo los quieres disfrutar. Un pescado congelado para comer el mismo día sería aventurado, por ejemplo. En cambio, si planificas tus compras y decides que en un par de días quisieras cocinar unos filetes o camarones, lo mejor sería pedirlos ya mismo. Piensa en los negocios, ¡a ellos les conviene hacer grandes pedidos para ir surtiendo conforme avance la venta!