Huesos llegó a las instalaciones del CECYTEM II de Metepec en muy malas condiciones, ahí una de las personas encargadas de la vigilancia empezó a darle agua y a compartirle de su alimento. Huesos pasó muchos meses viviendo fuera de la caseta escolar. Todos los chicos del colegio la querían mucho debido a su amigabilidad; sin embargo, cuando tuvo a ocho cachorros, la directora del colegio dio la orden de no permitirle más el acceso.