Las orquídeas son las plantas favoritas de muchos, pero pocos saben cómo cuidarlas correctamente. ¡Aprende a hacerlo!
Las plantas son las compañeras ideales para todos. Con sus formas, olores y colores llenan de vida todos los lugares donde las ponemos. Con su presencia tenemos esa sensación de frescura y libertad, sin importar si estamos en la casa o en la oficina. Por ello, es muy importante saber cómo se les debe cuidar para que estén con nosotros mucho tiempo, sanas y hermosas. Hoy te decimos cómo darle cuidado a tus orquídeas.
Lo primero que debes saber es que las orquídeas son de origen tropical, por lo que están acostumbradas a características muy específicas de su hábitat, como lo son temperaturas altas, humedad y muchas horas de luz no directa. Si entendemos su origen, podremos crear un entorno lo más parecido posible al interior de nuestros espacios.
Correcta temperatura
Como se mencionó antes, las orquídeas son tropicales, por ello, necesitan de una temperatura estable que no rebase los 30ºC y que tampoco baje más allá de los 15ºC. Como tip, ten en cuenta que para favorecer su floración puedes propiciar un cambio en la temperatura a la que tu planta está expuesta entre el día y la noche de, por lo menos, 10ºC. Esto le concederá un aspecto fuerte y frondoso.
Recuerda mantener tus orquídeas en un lugar bien oxigenado y ventilado, pero evita que estén expuestas a fuertes corrientes de aire.
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Mucha luz, pero no directa
Las orquídeas deben recibir luz constantemente, pero siempre con algo que les proteja para que el sol no caiga directamente sobre ellas. Una cortina de colores claros puede hacer de filtro, por ejemplo.
Además, las raíces deben recibir también esta luz, por lo que es indispensable que los recipientes o macetas en las que se planten sean transparentes. ¡Las orquídeas realizan la fotosíntesis también en sus raíces!
Abundante agua, pero cada tanto y bien drenada
El riego es parte vital de toda planta. Lo más recomendable para cuidar a tus orquídeas correctamente es regarlas con abundante agua y de forma espaciada, procurando el correcto drenaje de líquido entre riegos, de lo contrario, se pueden pudrir las raíces. Hacerlo una vez por semana durante la mañana es suficiente: sumerge la maceta unos 10 minutos en agua sin mojar las hojas y deja escurrir bien.
El sustrato y fertilizante adecuado
Finalmente, emplea el sustrato preparado para orquídeas epífitas (ideales para su dreneaje y aireación) y busca fertilizantes con nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). Empléalo con mayor concetración de estos elementos según la fase de tu planta: más nitrógeno en fase de crecimiento, más fósforo y potasio en fase de floración y por el resto del año, un compuesto equilibrado entre estos tres elementos será lo correcto.
¡Ahora estás listo para llenar tu hogar con estas hermosas flores!
