¡Déjala reluciente de limpia y sigue preparando deliciosas recetas!
La estufa es la estrella de tu cocina, pues gracias a ella puedes preparar increíbles recetas que dejarán a tu familia chupándose los dedos, por eso, una parte importante es mantenerla siempre limpia, para que los alimentos cuenten con la higiene necesaria y, por otra parte, para que tu estufa dure por más tiempo en óptimas condiciones. Limpiar la estufa es una misión que se volverá sencilla si conoces bien el tipo de estufa que tienes en casa, ¡aquí te ayudamos a lograrlo!
Conoce los tipos más populares
Las más comunes que puedes encontrar hoy en día son las estufas eléctricas o de inducción, las de gas y las parrillas individuales que puedes transportar a cualquier lugar gracias a su tamaño.
Para cada tipo de estufa podrás encontrar distintos productos para la limpieza, ya que otra manera de clasificarlas es por el tipo de material con el que están fabricadas, así, puedes encontrar de acero inoxidable, la cual se recomienda limpiar con agua tibia, limpiador neutro y un paño suave para evitar rayarla.
En el caso de que sea de vidrio templado o de vitro cerámica, los productos que utilices deberán ser muy suaves o neutros, evita cualquier producto corrosivo o muy agresivo, ya que podrías manchar o incluso desgastar el material. En cambio, las de hierro fundido son muy resistentes, pero si no la aseas periódicamente, este puede sufrir corrosión.
Es recomendable hacer la limpieza superficial de tu estufa cada semana y a profundidad cada 15 o 20 días, ya que de esta manera estarás dejándola libre de residuos de alimentos, de ceniza, cochambre o de pequeñas basuras que se puedan deslizar por las ranuras, incluso el polvo se puede acumular en los sitios menos accesibles, por eso es importante limpiar la estufa periódicamente. Si no lo haces, las parrillas podrían taparse, o incluso los canales de gas podrían obstruirse parcialmente, haciendo que la flama no caliente como es debido o no se distribuya homogéneamente.
¡A limpiar la estufa!
Comencemos por las estufas eléctricas o de inducción, son las más sencillas de limpiar, ya que al ser totalmente planas, es una labor muy sencilla. ¡Eso sí! Asegúrate de limpiarla después de cada uso, sobre todo cuando haya algún derrame, ya que estos pueden afectar el funcionamiento general, además de que evitarás que la suciedad se pegue o se acumule. Asegúrate de limpiar una vez que la estufa se haya enfriado en su totalidad para evitar una quemadura.
En el caso de las estufas de gas, estas suelen contar con parrillas desmontables, por lo que lo mejor es desarmarla para poder limpiar a profundidad, sobre todo para darle mantenimiento a los quemadores y revisar que estén funcionando correctamente. Los productos más recomendables para este tipo de estufas son los de tipo neutro, evita los inflamables para evitar que al encenderla pueda haber un fogonazo y retira el hollín con ayuda de un trapo húmedo.
Las protecciones de los quemadores las puedes dejar remojando por 30 minutos en agua tibia con jabón y después frótalos para retirar la suciedad. Te puedes apoyar con los limpiadores especializados para cocina, ya que sus componentes ayudan a suavizar la grasa y el cochambre para que se puedan eliminar más fácilmente.
Una vez que todas las piezas se encuentren secas, procede a armar de nuevo la estufa, ¡que estará más que lista para seguir cocinando tus recetas favoritas!
