Que la flama no se apague, ¡para que tus alimentos queden en su punto!
La parrillada ya comenzó y tú estás a cargo del asador, ¡eres la estrella de la tarde! Si quieres que todos disfruten sus alimentos bien cocinados, a la temperatura adecuada y sobre todo, con un sabor delicioso, entonces debes aprender cómo mantener el fuego del asador, ¡es muy sencillo! Sólo sigue leyendo.
Alista el asador
Debes saber que después de cada uso, todos los elementos del asador deben ser lavados para evitar que restos de comida se queden pegados y sea más difícil limpiarlo en ocasiones posteriores. Lo mejor es mantener un asador pulcro para disfrutarlo en cada ocasión.
Distribuye perfectamente el carbón, para evitar que algunas partes reciban más calor y otras menos. Comienza introduciendo papel periódico hecho bolas y, si tu parrillada será en el bosque, puedes ayudarte con ramitas secas. Una vez que todo esté bien colocado, enciende el papel periódico y verás cómo este enciende los carbones, que comenzarán a volverse rojos. Esto indicará que están alcanzando su máximo punto de calor.
Mantenlo cálido
Cuida la posición del asador para que las ráfagas de viento no le den directamente al fuego, ya que esto podría apagarlo. Al contrario, ten a la mano la bolsa de carbón para que, cuando sea necesario, puedas arrojar más, ya que debes tener en cuenta que por cada kilo de carne se requiere mínimo un kilo de carbón.
Puedes guiarte con los colores del carbón: cuando es totalmente negro está frío, cuando se vuelve rojo está en su máximo punto de calor y cuando se vuelve gris, es que ese carbón ya cruzó su ciclo de vida y es necesario seguir avivando la llama con carbón nuevo. Para lograr que el carbón nuevo alcance el punto de combustión rápidamente y avivar el fuego en caso de que se requiera, echa mano de un soplador o abanico, ya que la entrada de oxígeno será tu mejor opción para avivar o para bajar la temperatura.
¡No alimentes la flama en exceso!
Si hiciste uso de briquetas para avivar el fuego, puede ser que este se vuelva excesivo, en este caso te sugerimos que, desde el principio, dividas tu asador en dos, un área con poco fuego y un área con mayor fuego. Si la grasa de la carne llega a entrar en contacto con las briquetas, puede que la flama llegue a ser muy alta, así que lo mejor es evitar rociar agua, y con mucho cuidado, tomar la carne con unas pinzas para pasarla a la parte de fuego bajo, así los cortes no terminarán llenos de cenizas y tú no tendrás que encender el fuego nuevamente. Al igual que con el carbón, las briquetas se ayudan del oxígeno para encender el fuego del asador.
Fuego para cada alimento
Recuerda que los cortes de carne requerirán mayor calor que las verduras, así que una buena opción es comenzar cocinando todo lo que lleve más tiempo para que, al final, puedas cocinar lo que se puede preparar con una menor temperatura y así aproveches al máximo el carbón y las briquetas que uses en la parrillada.