Sácale el máximo provecho a este electrodoméstico
Debido a los cambios bruscos de clima, contar con un ventilador en casa es una solución fácil para refrescar el hogar sin tener que pasar por el proceso de instalación de un minisplit o aire acondicionado. Si buscas más razones por las cuales adquirir uno, ¡te contamos los mitos y realidades sobre los ventiladores!
Mito: mantenerlo encendido por mucho tiempo puede consumir gran energía
Esto es falso, ya que en comparación con electrodomésticos similares, como el aire acondicionado, los ventiladores consumen menor energía, de forma que los puedes usar por tiempo prolongado sin que sufran de un sobrecalentamiento o se vea un incremento significativo en tu recibo de luz.
Realidad: un ventilador puede ayudar a regular la temperatura tanto ambiental como corporal
En días donde la temperatura es elevada, puede causar malestar tanto calor. Un ventilador ayudará a hacer circular el aire caliente para disminuir esta sensación. Esto además, puede ayudar a que nuestro cuerpo mismo sienta menor calor, también mejorando nuestras funciones como la sed, sudoración o aletargamiento.
Te puede interesar: Refresca tu hogar eficientemente con un ventilador
Mito: el aire de un ventilador puede generar alergias
El aire que circula es el mismo que ya se encuentra en tu hogar, así que si consideras que el uso del ventilador te está causando estornudos, lagrimeo o escurrimiento nasal, considera una limpieza de tu electrodoméstico para evitar que expulse polvo. Además, contar con un humidificador de aire te ayudará a eliminar la sensación de resequedad en el ambiente.
Realidad: hacer funcionar el ventilador de noche podría alterar tu sueño
Es una gran herramienta para mantenerte fresco en las noches, aunque podría hacer que tu temperatura corporal se desregularice un poco, ya que te irás acostumbrando al aire fresco y por ello, sentir más calor al apagarlo. Además, el ruido y la variación de la temperatura (que suele descender en la madrugada) podría hacer que tu sueño se vea interrumpido y tengas frío después o bien, que tengas que levantarte para apagarlo.
