La primera impresión sí importa cuando se trata de mascotas ajenas. Conócelas de forma segura con estos consejos
La compañía de perros, gatos u otro tipo de mascotas resulta beneficioso para la salud física y psicológica de muchas personas, pues el amor incondicional que ellos nos muestran nos ayuda a liberar endorfinas, a sentirnos más calmados y en diversas ocasiones, a fortalecer nuestro organismo contra alergias.
Si tú cuentas con mascotas en casa, sabrás que la dinámica que tienes con ellos es totalmente diferente a la que posees con mascotas ajenas. Por eso, te compartimos algunos tips para que la próxima vez que convivas con un nuevo perrito o gatito, la convivencia sea lo más pacífica y segura posible tanto para ti como para él o ella.
Conócelo primero
Por diversas razones, los perros y gatos pueden reaccionar de diferentes maneras ante el acercamiento de un extraño: posiblemente algunos de ellos se alegren de que estés cerca, pero habrá otros que no gusten de ser tocados o acariciados por una persona que no han visto antes. Primeramente, si tú no conoces el temperamento de la mascota, no temas preguntar con un simple “¿puedo acariciarlo?” Sabrás de parte del dueño si es posible o no que la mascota reaccione positivamente a ti, si no es así y él lo advierte, es preferible que no te acerques. Por otro lado, si sí lo permite, ten primero un pequeño acercamiento simplemente llamándolo para que él mismo se aproxime.
Si se trata de algún otro animal como roedores, conejos, reptiles, hurones o aves, es preferible que no los toques; no sabes exactamente cómo reaccionarán y es probable que se asusten. Si tu curiosidad es mucha y el dueño lo permite, acércate lentamente.
Establece confianza con las mascotas ajenas
Con un gatito, sabrás si le agradas o no, simplemente porque estará junto a ti y pegará su cuerpo al tuyo; si hace eso, está permitiendo que lo acaricies. Sé gentil para que él siga accediendo a tu cercanía, si no es así, tal vez en otro momento lo logres. Con los perritos la dinámica es un poco distinta: si él no viene a ti, intenta llamarlo, si obedece, trata de acariciarlo primero por el lomo o la parte inferior de su cabeza; no lo hagas por encima, pues muchos caninos podrían sentir esto como una agresión y acto seguido, intentar morderte; algunos otros te darán antes una señal de gruñidos y deberás detenerte.
Si nada de esto sucede y el perrito mueve la cola, es una señal de que tú le agradas y podrás interactuar con él, si incluso está acostado en el piso y te deja ver su pancita, quiere decir que se siente muy cómodo contigo y que permitirá que tú lo toques.
Pregunta al dueño si puedes alimentar a su mascota para que él pueda reconocer que tú no le harás ningún daño y así se vaya acercando poco a poco a ti; de esta forma, podrás establecer más confianza para que, en futuras ocasiones, ya sea posible que lo acaricies o incluso juegues con él. En todo momento, pregunta nuevamente las cosas que puedes o no puedes hacer, en especial, si tú no conoces a la mascota y no te he visto nunca previamente.
De la misma manera: si tienes un niño (a) pequeño (a) a tu alrededor y quiere interactuar con la mascota, también pregunta primero al dueño, ya que los niños podrían ser demasiado directos o agresivos con ellas y estas podrían no reaccionar de manera adecuada y resultaría peligroso para ambos.
Con reglas claras, es posible que las mascotas ajenas se vuelvan tus nuevos amigos. Todo se trata de paciencia y práctica.
