Es momento de mimarte, ¡cuida tu cuerpo y disfrútalo al máximo!
Tu cuidado personal y belleza importa, importa mucho. Especialmente en la piel, la resequedad es un problema más común de lo que nos podríamos imaginar, así que, para combatirla, resulta fundamental mantenernos hidratados y humectados. ¿Cómo? ¿Piensas que es lo mismo? ¡Para nada! Hoy te contamos las diferencias entre cada una y, además, te enseñamos a mantenerte a tu 100% de pies a cabeza. ¡Toma nota!
Diferencia entre hidratar y humectar
Hidratar consiste en proveer a la piel de agua para mejorar su capacidad de absorción de nutrientes, mientras que humectar es lograr que la piel retenga humedad y con ella, logre construir una capa protectora natural que mantenga en óptimo estado su salud.
Una es el primer paso para lograr la otra, así que debes prestar atención de cómo te estás tratando dermatológicamente. Podemos diferenciar algunos pasos para lograr satisfactoriamente cada proceso.
Aprende a hidratar tu piel
Lo primero es identificar las señales de tu piel en casos de deshidratación. Lo más común es ver tu piel seca y áspera, como apagada. Incluso se pueden marcar algunas líneas en tu rostro.
Posteriormente debes empezar a tomar acciones y aunque no lo creas, un gran aliado en esta aventura es beber suficiente agua. Tan sencillo como eso, al menos para comenzar. La cantidad de vasos adecuada habrá de rejuvenecer visiblemente tu piel, puesto que beber este líquido favorece a la circulación y libre tránsito de valiosos nutrientes que habrán de reflejarse en una piel más suave y elástica.
Claro, el agua es buenísima, pero si además añades algunos productos de belleza diseñados especialmente con el propósito de hidratar tu piel, qué mejor. En este sentido, busca aquellos que contengan ácido hialurónico, niacinamida o aloe, así como algunos sueros de reparación profunda. Con ellos, la ingesta correcta de agua y un buen descanso, notarás tu piel mucho mejor.
Aprende a humectar tu cuerpo
Ahora bien, la humectación es la meta, así que para lograr esa capa protectora tan notoria en la piel de aquellas personas que lucen con orgullo el cuidado que se dan a sí mismas, tendrás que ser consciente del trabajo diario que deberás comenzar a hacer desde ya.
Siempre usa cremas humectantes para prevenir que tu piel luzca acartonada o sin vida, tanto de día como de noche. Una señal de que le falta humectación a tu piel es que esté seca al tacto, así que debes actuar de inmediato. Lo mismo pasa con el cabello, por ejemplo. De ahí que uses humectantes capilares de forma regular: miel, pantenol, lecitina, urea o néctar de agave, por ejemplo.
En el resto de la piel, tus mejores armas serán las cremas faciales y corporales que refresquen en su totalidad la dermis y que hagan sentir tu piel tan tersa como en verdad es.
Recuerda que las duchas excesivamente calientes pueden resecar tu piel en lugar de ayudar, así que cuidado con eso. También pondera la aplicación de productos hidratantes y humectantes en aquellas zonas de tu cuerpo donde puede existir mayor resequedad, como codos, axilas, antebrazos o talones. ¡Cuídate y quiérete!
