Esta sal destaca por su característico sabor ahumado y su textura, ¡conócela!
Entre la variedad de tips para sazonar carne, la sal ahumada, condimento de fuerte olor, es una excelente alternativa para darle a tus cortes un exquisito sabor. Te contamos más al respecto.
La sal siempre ha sido indispensable, pues solía utilizarse para conservar los alimentos, cosa que permitió que las civilizaciones nacieran y se desarrollaran no sólo en el aspecto agrícola. Según datos históricos, la sal se comenzó a utilizar en China durante la época del emperador Huanghi (año 2670 a.C.).
Características de la sal ahumada
Hoy en día podemos encontrar diferentes tipos de sal: refinada, baja en sodio, rosa o en piedra. Sin embargo, la sal ahumada destaca de las demás por su característico sabor ahumado, su forma de polvo e incluso, granulado pequeño.
Además, una de las ventajas de la sal ahumada es que se puede elaborar con sal marina, una alternativa mucho más nutritiva que la sal común. Cuando se prepara de esta manera, se obtiene una sal que incluso puede ser consumida por personas que padecen enfermedades como hipertensión o colesterol alto.
¿Cómo se ahúma la sal?
Para darle el toque ahumado a la sal se utiliza humo de leña de manzano. El proceso demora 12 días (dependiendo de los factores del clima). Para hacerlo, se coloca la sal en varios niveles en un contenedor de acero fabricado específicamente para ese propósito y se prende la leña. El humo es conducido al interior hasta lograr que se adhiera a las paredes de los granos. El ahumado debe ser constante, es decir, no se debe dejar apagar la fuente de calor; de hacerlo, no se obtendrán los olores y colores deseados.
¿Por qué utilizar sal ahumada al asar carne?
Generalmente, en las parrillas se utiliza carbón vegetal, que si bien proporciona fuego-calor, al contar sólo con 3% de humedad, no origina sabor ni olor. La sal ahumada, por su parte, ayuda a darle a la carne ese toque de leña, por lo que, al asarla con ella, disfrutarás del olor y los sabores de la leña.