La sensibilidad lo es todo, ¡consiente a tu peque con mucho amor!
Un bebé en casa requiere muchos cuidados especiales para mantenerlo a gusto, tranquilo, sano y fuerte. Ejemplo de esto es su piel, que es tan sensible en los primeros meses de vida, así que si andas buscando consejos y recomendaciones para un mejor cuidado de la piel del bebé ¡estás en el lugar correcto! Lee con atención y pon a prueba cada uno de los siguientes puntos.
Báñalo con agua tibia y delicadeza
La epidermis de un bebé es mucho más sensible que la de un adulto, por lo que posee una más alta predisposición a los enrojecimientos e irritabilidades, así como una menor capacidad de protección ante bacterias y agentes externos. Ahí es donde entra la importancia de una buena técnica para su higiene.
Considera que siempre debes asearlo con agua tibia y jabones neutros diluidos, puesto que con ellos no habrá reacciones alérgicas. Después del baño, hay que secar con toallitas suaves al tacto, prestando especial atención a los pliegues, que es donde con mayor facilidad pueden alojarse algunos hongos y bacterias.
Hidrata su piel constantemente
Un factor que quizá no tengas presente es que la piel de los bebés tiende a absorber muy rápidamente la humedad, lo que provoca resequedad constante si no usas cremas hidratantes apropiadas según su edad. Es bien importante emplearlas posterior a los baños, para que nunca lo olvides. Incluso, un humidificador de aire podría ser beneficioso, siempre y cuando en verdad las habitaciones estén muy secas o calientes.
Contempla también que la dermatitis de pañal suele ocasionar enrojecimientos y mayor sensibilidad en sus genitales, por lo que los pañales mojados o sucios deberán ser oportunamente cambiados. ¡Asea e hidrata!
Evita el sol directo
Los bebés necesitan calor, pero eso no significa exponerlos directamente bajo el rayo del sol. Como hemos repetido, su piel no es la misma que la de un adulto, así que siempre protégelo con una frazada ligerita, cúbrelo con sombrillas, gorros y ropa para bebé de algodón, ¡mantenlo fresco a como dé lugar! A su edad aún no pueden regular su temperatura con el medio ambiente debido al incipiente desarrollo de sus glándulas sudoríparas.
Finalmente, recomendamos colocar filtros solares únicamente después de los primeros seis meses de vida, puesto que, lejos de ayudar, podrían ser contraproducentes. ¡Conversa con tu pediatra y busquen las alternativas más útiles para la piel del nuevo miembro del hogar! En los recién nacidos lo mejor es que no reciban los rayos solares directamente y mucho menos en horarios calientes: de 10 a.m. a 5 p.m.
