¡Dale todo lo que necesita a esta curiosa mascota!
Compartir tu día a día con una mascota es increíble, y si eres de las personas a las que le gustan las mascotas exóticas, seguro has tenido una tortuga o un reptil, animales que requieren cuidados muy específicos. Pero si es tu primera vez con esta especie, entonces sigue leyendo y descubre los básicos en el hábitat para tu tortuga, ¡para que ella esté feliz siempre!
¿A qué especie pertenecen las tortugas?
Las tortugas pertenecen a la categoría de reptiles; sin embargo, su clasificación va más allá y se pueden identificar como quelonios, los cuales se caracterizan por contar con cuatro extremidades, no poseen dientes y cuentan con un caparazón en el cual pueden retraerse por completo. Asimismo, hay una gran cantidad de tipos de tortugas, aproximadamente 300 variantes, siendo las más numerosas las terrestres y acuáticas o semiacuáticas.
En cuanto a estos animales como mascota, las más comunes son las tortugas de orejas rojas o japonesas, las tortugas de tierra y, si eres un experimentado cuidador de tortugas, están las caimán o las lagarto. También, y como habrás visto, a los niños se les suelen dar tortugas como mascotas, aunque no es lo más recomendable, ya que son animales muy delicados que requieren cuidados precisos, si lo quieres intentar, deberás estar al pendiente del animal, así como enseñándole a los niños el mantenimiento y respeto que requieren.
Comienza a armar el hábitat
Si hablamos de un espécimen japonés, el hábitat para tu tortuga deberá contar con una pecera de vidrio de buen tamaño donde pueda nadar sin dificultades y con una rampa de fácil acceso para que la tortuga pueda tener descanso en un lugar seco, toma en cuenta que debe poder subir fácilmente. Mientras más crezca, el espacio de su hábitat deberá ampliarse también, esto para darle una buena calidad de vida.
Para que el agua esté siempre en las condiciones adecuadas, es necesario que tenga un filtro, así como un regulador de temperatura. La temperatura adecuada será entre los 26 y 28 °C. Una parte muy importante es vitaminar el agua: dependiendo la cantidad de agua, coloca unas gotas de vitamina A y unas de anticloro, esto ayudará a que tu tortuga esté sana de los ojos, que es una de las principales causas de enfermedad en quelonios. Coloca también una pastilla de calcio, esto ayudará a fortalecer su caparazón.
Si tu tortuga es de tierra, entonces deberás armar un terrario, donde mientras más grande sea, mejor, para que tu tortuga pueda ejercitarse, caminar y no se aburra. Si bien la pecera puede seguir siendo útil, en lugar de agua deberá contener sustrato como tierra y virutas de madera. En la pecera coloca un cartón seco o alfombra, un área deberá tener tierra, otra viruta de madera, donde colocarás el alimento y agua, y otra una cajita o casita para que tu tortuga pueda descansar y dormir. Es importante también colocar una lámpara de luz UV, para que si tu mascota siente una baja de temperatura, se pueda colocar debajo de la luz para recuperar calor.
Dale una alimentación balanceada
Además del hábitat para tu tortuga, considera su alimentación, la cual debe ser variada y balanceada. En el caso de las tortugas semiacuáticas, sticks o pellets de calidad y, de vez en cuando, frutas como uva, manzana y hasta sandía. Los camarones no son recomendados, ya que su valor nutricional es nulo para ellas. En el caso de las tortugas de tierra, sus croquetas, así como frutas y verduras como betabel y zanahoria rallados muy finamente son sus favoritos.
¡Cuida a tu tortuga y evita esto!
Evita el uso de piedritas de colores en el hábitat, ya que las tortugas podrían confundirlas con alimento, tragarlas y, si no las pueden expulsar de su organismo, tendrían que intervenirlas quirúrgicamente, lo cual no será agradable para ellas, ni para ti.
Si con esta información te decides a tener una tortuga como mascota, trátala a cuerpo de rey y disfruta su compañía. Además que es una gran manera de enseñar a los más pequeños del hogar a cuidar a los animales, ¡así que arma ya el hábitat para tu tortuga!
