¡Mantenlos en buen estado para que luzcan increíbles siempre!
¿Te estás convirtiendo en una persona de plantas? Esto no tiene nada qué ver con la edad, por el contrario, es un pasatiempo increíble que implica responsabilidades y cuidados que varían según el tipo de planta. Unas de las más comunes son los cactus y las suculentas que, hay quien dice, son las más fáciles de cuidar por su entorno natural un tanto extremo; sin embargo, no solo debes regarlas y ya. Continúa leyendo y descubre cómo cuidar este tipo de plantas.
¿Cuál es la diferencia entre cactus y suculentas?
Podrán parecer plantas similares, pero lo mejor es conocerlas para saber lo que necesitan. Ambas crecen en entornos donde la sequía es probable, por lo que cuentan con mecanismos para almacenar agua y no morir durante las sequías.
En el caso de los cactus, guardan el agua en sus tallos y adaptaron sus hojas para convertirlas en espinas, estas últimas sirven para seguir captando el rocío matutino y así convertirlo en agua, ¡y también para que los animales no se los coman! Existen algunos ejemplares con espinas duras y cortantes, y otros que simulan apenas pelusa, por lo que no hacen daño al tocarlas.
Por otra parte, las suculentas no cuentan con espinas, al contrario, sus hojas son redondeadas y carnosas; casi no transpiran, justamente para guardar toda el agua posible. Mientras más agua guarden, más hojas le saldrán a tu suculenta, aunque de cualquier manera no debes excederte en su riego, pues podría pudrirse.
¿Cómo cuidar un cactus en casa?
Lo principal es que tu cactus reciba toda la luz solar que pueda. Si es posible, sácalo por las mañanas para que esta recepción sea directa, si no, bastará con que le dé directamente en el interior del hogar.
En cuanto al riego, en época de frío deberás regarlo una vez al mes; mientras que en temporada de calor, el indicador será cuando detectes que la tierra se encuentra seca. Al hacerlo, echa el agua en la tierra, no directamente sobre el cactus. Es importante que la maceta tenga una adecuada salida de agua, para que esta no se estanque al interior y termine pudriendo al cacto. El agua ideal para regarlos es la de lluvia, aunque también puede ser con agua potable. Si te decides por regarla con agua del grifo, deberás dejarla reposando por mínimo 24 horas, hasta que la cal y el cloro se hayan evaporado.
Las macetas ideales para estas plantas son las de barro o cerámica, pues las dejan respirar mejor que las de plástico. Antes de meter el cactus en ella, agrega el sustrato adecuado, asimismo, podrás encontrar abono especialmente pensado para ellos.
¿Qué hay de las suculentas?
Al igual que los cactos, las suculentas deben estar en lugares donde reciban la luz del sol. En cambio, su riego es más constante: una vez cada 15 días, mientras que en invierno se debe reducir la frecuencia. Si vives en un lugar donde el invierno sea muy duro, lo mejor será que en este tiempo lleves tus suculentas al interior para evitar que se quemen.
La tierra de estas plantas debe ser pobre en sustrato, esto es para tratar de recrear las condiciones naturales en que las suculentas crecen. Por otra parte, la maceta ideal sería una que no cuente con plato en la parte inferior pues, al drenarse el agua, si se queda estancada en el plato, inevitablemente la planta terminará absorbiéndola, llevándola a ahogarse.
Finalmente, aunque también deben tomar el sol, las suculentas no deben hacerlo directamente, sino a través de una ventana, estando en un lugar donde se encuentre más fresco y dé sombra. Si tu planta está recibiendo sol en exceso, podrás saberlo viendo sus hojas: se volverán rojizas o cafés y resecas; en cambio, si las hojas se ven pálidas, ¡significa que necesita más luz solar!
