¡Y logra la piel suave que siempre has querido!
Cuidar nuestra piel es muy importante, pues se trata del órgano más grande del cuerpo humano y, aunque podríamos pensar que es fuerte y resistente, debemos proporcionarle la protección necesaria. Por eso debes saber que tener una rutina de exfoliación para el cuerpo tiene muchos beneficios, además de darte una piel tersa y sana. ¡Aquí te decimos cómo llevarla a cabo!
La renovación celular de la piel se lleva a cabo todos los días, esto quiere decir que a diario nuestro cuerpo suelta células muertas y algunas no se desprenden totalmente pero, si implementas una rutina de exfoliación para el cuerpo, esta regeneración celular será más fácil.
Beneficios de la exfoliación para el cuerpo
Entre los beneficios de la exfoliación corporal está la oxigenación de la piel y una mejor circulación sanguínea, además, la piel se nutre mejor, ya sea con mascarillas caseras o con los productos de cuidado corporal que sueles usar.
Le dará a la piel una textura suave al evitar la aparición de vellos encarnados y, lo más importante, reducirá las manchas e imperfecciones como el acné, pues tu piel estará limpia, con aspecto lozano, retrasando el envejecimiento prematuro. Lo ideal es exfoliarla una vez a la semana.
¿Cómo hacer una exfoliación corporal?
Lo primero es contar con los materiales necesarios:
- Cepillos corporales de cerdas naturales
- Esponjas
- Sales para exfoliar
- Crema hidratante
Toma un baño como de costumbre y, una vez que tu piel se encuentre limpia, aplica el exfoliante que hayas elegido, puede ser comercial o casero. Con los cepillos y esponjas haz movimientos circulares para dar un ligero masaje desde los pies, hacia arriba. El masaje ayudará a retirar las células muertas y toxinas. Finalmente, enjuaga con agua tibia y al salir del baño, aplica tu crema hidratante como de costumbre.
Los exfoliantes se destacan por su textura, que suele ser granulosa y de ingredientes como el azúcar o la sal, además de aceites que nutrirán tu piel. Para la cara se suelen usar productos suaves que sean amigables con el cutis y, para el cuerpo, pueden ser un poco más fuertes. De cualquier manera, debes tomar en cuenta siempre tu tipo de piel para elegir los productos más adecuados. Las cremas y tratamientos que apliques posteriormente surtirán mejor efecto, pues los estará recibiendo una piel sana y limpia.
Si tienes la piel irritada, quemada por el sol o con alguna lesión, evita la exfoliación hasta que te recuperes, pues el tratamiento podría irritarla aún más.