Conoce las propiedades del jamón serrano y disfrútalo con esta receta
Dentro de los muchos beneficios del jamón serrano, destaca su alto valor en proteínas, indispensables para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo, principalmente para los músculos y el cerebro.
También contiene calcio, que ayuda a mantener los huesos sanos, previniendo problemas como osteoporosis y, por si fuera poco, el jamón serrano es una buena fuente de ácidos grasos que ayudan a combatir el colesterol malo, protegiendo así el sistema cardiovascular.
¿Cómo se come el jamón serrano?
Para disfrutar el sabor de este ingrediente, es necesario tener en cuenta la temperatura y el corte.
Para lograr que el jamón conserve y transmita todas sus propiedades de apariencia, textura, sabor y aroma, es recomendable se conserve a una temperatura que oscile entre 20 y 25 °C y, por otro lado, la manera como se corte el jamón serrano tiene mucho que ver con la experiencia al comerlo.
¿Sabías que...?
El jamón serrano es una buena fuente de proteína, vitaminas como la B1 y B6 además de minerales como el magnesio y el zinc.
Panini con jamón serrano
Ingredientes para preparar panini con jamón serrano
- ½ taza de aceite de oliva
- 3 cucharadas de vinagre balsámico
- 1 diente de ajo finamente picado
- 6 rebanadas de jamón serrano rebanado finamente
- 8 rebanadas finas de queso mozzarella
- 6 rebanadas de jitomate
- 50 g de albahaca fresca
- 1 barra de pan ciabatta
Cómo preparar panini con jamón serrano
- Para preparar el aderezo, bate el aceite de oliva, el vinagre y el ajo en un recipiente pequeño. Salpimienta y reserva.
- Corta transversalmente la barra de pan y en la parte inferior coloca una cama de jamón serrano, una de queso mozzarella, y termina agregando el jitomate y albahaca.
- Añade el aderezo en la cantidad que prefieras y coloca la parte superior del pan. Corta tu panini por la mitad.
- Prende la parrilla, coloca el panini y cocina hasta que queden dorados y el queso se derrita, esto tomará alrededor de 5 minutos.
Tip
Suele servirse en lonchas o lonjas (rebanadas muy finas) y no demasiado largas. Si cortas a mano, hazlo con cuidado, el propio movimiento suave, pero firme con el que deslices el cuchillo entre la carne, permitirá conseguir unas lonchas mucho más sabrosas y preservar así sus nutrientes.