Si eres un papá o mamá primerizo (a), checa estos tips sobre cómo asear a los bebés, ¡te será de gran ayuda!
El cuidado de los pequeños y en especial la higiene del bebé son básicas para que él pueda crecer y desarrollarse con normalidad. Para los recién nacidos, contar con la limpieza adecuada de manos, pies, oídos, ojos y boca les ayudará no solo a sentirse mejor, sino a prevenir muchas infecciones o enfermedades que pudieran ponerlo en riesgo. Así que no escatimes en su cuidado e higiene, ¡y hazlo fácil con estos pasos!
Higiene del bebé de 0 a 6 meses
Durante este periodo debes limpiar al bebé para no exponerlo al agua de forma continua, al menos las primeras semanas de vida. Báñalo con agua tibia y con ayuda de una toalla, paño limpio o una esponja para bebés, asea la superficie de su piel sin restregar con brusquedad.
Si sólo vas a asearlo, toma en cuenta cada espacio de su cuerpo para que lo limpies con los artículos adecuados.
Limpieza de oídos en bebés
Para la limpieza de sus orejas, es decir toda la parte exterior, puedes utilizar toallitas hipoalergénicas o un paño húmedo. Con suavidad, limpia la superficie y también por detrás de las orejas. Con un hisopo, limpia el lóbulo y los pequeños huecos pero sin introducirlo al canal auditivo, ya que podrías lastimarlo.
Si has perforado las orejas de tu bebé, verifica que la herida esté cicatrizando adecuadamente, es decir, no deben verse los bordes rojos, inflamados o que supuren y, al contacto, no debe doler ni causar molestias.
Limpieza de uñas en manos y pies
Asegúrate de que las uñas de ambas extremidades se encuentren limpias, recortadas y limadas. Esto, además de ser importante para la higiene del bebé, ayudará a que no se lastime a sí mismo, pues siendo tan pequeños, aún no son conscientes de que pueden herirse el rostro con las manos. Si notas que tu bebé está muy inquieto al dormir, coloca unos guantecitos para que estés 100% seguro (a) de que no se rasguñará.
Si puedes cortar y limar sus uñas mientras está dormido, será mejor ya que le ahorrarás gran parte del estrés que este proceso le podría producir.
Higiene bucal en bebés
Aunque a esta edad los bebés aún no tengan piezas dentales visibles, es importante que asees el interior de su boca para prevenir posibles infecciones como candidiasis. Usa una gasa humedecida con agua purificada y con tu dedo índice, limpia las encías con la misma técnica que utilizarías para lavar los dientes. Hazlo con suavidad pero verificando que toda la superfice sea aseada.
Por ningún motivo uses pastas dentales hasta que el pediatra u odontólogo infantil lo recomienden, recuerda que una vez que tu bebé las empiece a usar, éstas sean libre de flúor.
Limpieza de nariz
Este paso es crucial, dependerá de una nariz limpia que pueda respirar y dormir bien por las noches. Con ayuda de una perilla o aspirador nasal, limpia la mucosidad en exceso. Trata de hacerlo en movimientos pequeños para evitar que tu bebé se asuste. Si tu pediatra lo recomienda, puedes finalizar la limpieza con agua marina nasal para garantizar que ambas fosas nasales estén completamente despejadas.
