Ten una variedad de opciones cuando se trata de reemplazar o intercambiar alimentos, ¡y obtén los mismos deliciosos resultados!
Quizá alguna vez te ha pasado, estás haciendo una receta y de repente te das cuenta de que falta alguno de los ingredientes, ¡que no vuelva a ocurrir! Disfruta deliciosos platillos con esta variedad de alimentos o especias y continúa preparando tu menú.
¿Cómo sustituir el huevo en las recetas?
El huevo es un básico de la canasta y le hace honor a su nombre, pues es uno de los favoritos para el desayuno o como parte de otras recetas. Así que si, estás por hacer hot cakes, brownies o panqués y no cuentas con él, cámbialo por un plátano maduro. Prepara la mezcla habitual y añade la fruta hecha puré, ¡te encantará el resultado! Además, la propia fructuosa del alimento hará que necesites un poco menos de azúcar o edulcorante. Otro sustituto puede ser el yogur natural, dependerá de ti si lo haces con la versión convencional o con yogur griego.
Para recetas que implican rebozados, puedes hacer tus croquetas, hamburguesas o tortitas de manera habitual y untarlas con un poco de aceite vegetal antes de pasar por la harina o pan molido. ¡El resultado será muy similar!
Reemplaza la proteína con soya texturizada
Para platillos donde necesitas que la carne molida de res, cerdo, pollo o atún rinda más, añade por cada 500 g de cuatro a seis cucharadas de soya texturizada previamente hidratada. Mezcla con la proteína animal, salpimienta y continúa tu receta de manera habitual. El resultado será igualmente delicioso y habrás añadido más porciones al final.
Si lo deseas, también puedes añadir un poco de arroz blanco cocido para darle más textura a platillos como albóndigas o hamburguesas. En este caso, tres o cuatro cucharadas por cada 500 g de carne.
Sustituye cubos de consomé de pollo por especias
Si vas a hacer salsas, pastas o algún guisado y te percatas de que no cuentas con cubos de consomé de pollo, sazonas tus preparados en una cacerola o sartén con ajo y cebolla picados y acitronados. Adicionalmente, añade un poco de sal, pimienta (puede ser molida, negra o pimienta gorda), cominos o una pizca de orégano seco para condimentar.
O bien, si parte de tus recetas efectivamente, incluye pollo, añade estas mismas especias al agua en el que lo vas a cocinar para que después puedas utilizar el caldo resultante.
Haz tu propio cereal
¿Hasta la hora del desayuno te diste cuenta de que no había cereal? No te preocupes, sustitúyelo por hojuelas de avena. Si deseas puedes tostarlas en una sartén antiadherente con un poco de miel o azúcar y agregar algunos frutos secos como trocitos de nueces, almendras o amaranto.
También, puedes complementar con un poco de fruta picada y leche vegetal preparada con avena durante la noche anterior. O si lo prefieres, desayuna tazones de avena que se hayan quedado preparados durante la noche, ¡así tu desayuno estará listo por la mañana!
